El suelo cumple un rol importante en el ciclo del agua, ya que no solo la almacena, sino que también actúa como “filtro” disminuyendo contaminantes y además recicla nutrientes y secuestra carbono. Por lo tanto, es importante la conservación de este recurso no renovable y la fertilización adecuada es una pieza clave.
Investigadores del INTA Balcarce aseguran que niveles actuales de materia orgánica en toda la región pampeana muestran valores entre un 30 y 40 % menores respecto a los suelos en condición prístina. Esto genera problemas físicos y menor disponibilidad de nutrientes, particularmente de nitrógeno y azufre.
Con el nivel de uso de fertilizantes actual, la reposición promedio de nutrientes (nutrientes repuestos por medio de los fertilizantes con respecto a los nutrientes extraídos por la cosecha de los granos) no alcanza para compensar los nutrientes que se han quitado. Según la asociación civil fertilizar, en Argentina para 2011, se estimó una reposición de los nutrientes extraídos por las cosechas vía fertilización del 43%, 70%, 2% y 50% de N, P, K y S, respectivamente. Estos datos se estimaron en cultivos de maíz, soja, trigo y girasol. Se puede deducir entonces que la fertilidad química de nuestros suelos se viene deteriorando.
De todos los nutrientes el nitrógeno es el único que se recupera por fijación biológica del nitrógeno atmosférico, el cual puede ser captado por diferentes especies de leguminosas. El resto de los nutrientes se restituye a través de fertilizantes o de abonos orgánicos.
Cabe destacar que son pocos los suelos considerados fértiles y que cada tipo de suelo tiene distinto grado de fragilidad, con características y limitaciones propias, por lo que el manejo de la fertilidad es diferente en cada uno de ellos. Por lo tanto, se recomienda realizar un análisis de suelo del lote para una adecuada reposición de nutrientes y lograr así buenos rendimientos y una producción sostenible a lo largo del tiempo.
Es por todo lo dicho anteriormente que se recomienda realizar muestreos de suelos para conocer el nivel de fertilidad que éste posee, y así cubrir con fertilizaciones las necesidades de los cultivos, garantizando una alta productividad.
Ing. Agrónoma Micaela Fernandez Bedini.
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